miércoles, 5 de junio de 2019

miércoles, 11 de diciembre de 2013

William Kamkwamba, el niño que dominó el viento

La historia de William Kamkwamba comienza en 2001, cuando una hambruna dramática recorre Malawi, país de origen de nuestro protagonista. A los 14 años William tiene que dejar la escuela ya que sus padres, agricultores de maíz y tabaco, no podían  pagar la matrícula de acceso a la educación secundaria y mucho menos alimentar a una familia de nueve hermanos. La matricula de acceso a la educación secundaria costaba 100 $ americanos, aproximadamente la mitad de lo que ganaba anualmente una familia en Malawi.

William Kamkwamba, en lo alto de su primer molino

Posiblemente esta circunstancia ha originado sus asiduas visitas a la biblioteca local que acababa de abrir en su antigua escuela primaria Wimbe financiada por la Agencia de EE.UU para el Desarrollo Internacional (USAID). Fue entonces cuando empezó a leer libros de ciencias, especialmente sobre física. Como su conocimiento sobre inglés era  prácticamente nulo, al principio el africano sólo se fijaba en los gráficos y en las fotografías, tratando de relacionar palabras con fotografías. De este modo fue como se encontró con una imagen que cambiaría su vida: la foto de un molino de viento en un libro titulado Using Energy.
En este libro se decía que un molino podía generar electricidad y bombear agua, y eso significaba, una defensa contra la hambruna que Malawy estaba pasando. Fue así como William decidió construirlo, pero como no tenía los materiales necesarios, tuvo que conformarse con la chatarra que encontró en un almacén cercano: el aspa de un ventilador, un amortiguador, los restos de una bicicleta, tubos de PVC ...
También tuvo que construir sus propias herramientas incluyendo un destornillador y un taladro (Jon Stewart le preguntó en el  The Daily Show si alguna vez había oído hablar de McGyver-personaje televisivo de los 80 que creaba dispositivos sofisticados con sustancias comunes como el chicle)


Elementos del primer molino de viento


En sus primeros pasos hacia la construcción de su prototipo de molino de viento, mucha gente se burlaba de él, hasta el punto de decirle si fumaba marihuana o si estaba literalmente loco. Pero lejos de desistir en su intento redobló sus esfuerzos en conseguir su sueño.
Con su primer molino de viento, fue capaz de llevar electricidad a su casa, llegando a alcanzar 12W de potencia, con la que pudo encender cuatro bombillas, una radio y un teléfono. A continuación incorporó una batería en el edificio anexo en donde estaba su dormitorio construyendo tomas eléctricas y cableando la casa principal. Tuvo que construir un interruptor de circuito que está actualmente en exhibición en el Museo de la Ciencia y Tecnología de Chicago.

El salto a la fama

Poco a poco William fue ganando repercusión mediática gracias a periodistas, radio y bloggers de todo el mundo. Uno de ellos fue Emeka Okafor, director del programa de conferencias TEDglobal 2007  (TED significa Tecnología, Entretenimiento y Diseño), que lo invitó a una conferencia que le cambiaría la vida.

En junio de 2007, se subió en un avión con destino a la conferencia TEDglobal en Arusha, Tanzania. Como William se mostró tímido en la conferencia, tuvo la ayuda de Tom Rielly , director de la comunidad de TED. A continuación se muestra dicha conferencia:




Según el propio Tom Rielly, " Yo ya había escuchado su historia a través de Emeka Okafor, pero después de hablar con el 10 minutos me di cuenta de que él era un joven extraordinario y su logro fue más profundo que la anécdota que escuché de él ". El propio Rielly creó una ONG llamada Moving Windmills para apoyar a William.

En 2008 un constructor de la zona perforó un pozo cerca de su casa  e instala una tubería con varios grifos exteriores. Tres molinos de viento de 10 metros de altura adornan el lado sur de su casa (el original había sido rediseñado), uno de los cuales bombea el agua. Gracias a la irrigación, son posibles dos cultivos al año. Además cerca de 200 mujeres ya no tienen que caminar durante cuatro horas para llevar agua a sus familias.

Bajo la dirección de William , la ONG Moving Windmills planificó la reconstrucción de la escuela de primaria Wimbe. Además William quiere traer pozos de bajo coste y molinos de viento para los pobres rurales de Malawi. La mejor manera de distribuir el poder, según él, es mediante la energía solar, eólica y mini-hidráulica. La ONG también proporciona los paneles solares, los techos de acero sustituyen a los de paja previniendo posibles fuegos ocasionados por cortocircuitos. 

La educación está ahora a su alcance, William ha enviado a sus hermanas Aisha y Doris, así como a Gilbert y varios primos y vecinos a la escuela. Doris quiere ser médico para tratar a pacientes con VIH/SIDA ;Aisha enfermera y Gilbert quiere especializarse en electrónica en la Universidad.
Poco después de la conferencia de TED, William comenzó a asistir a una escuela privada en Lilongwe, la capital, y luego fue elegido para el programa inaugural de dos años en la Academia de Liderazgo de África en Johannesburgo, Sudáfrica. En dicha Academía, William está liderando un grupo de estudiantes en la construcción de una máquina de vapor con energía solar


Su ingenio ha cambiado la vida de su familia y de su pueblo. El molino de viento ha llevado a William del hambre y la oscuridad a la abundancia y a la fama. En un país donde la electricidad sólo esta disponible para el 2% de la población, solo accesible para los ricos en las ciudades y en zonas rurales ricas.


El libro autobiográfico

Su autobiografía , co-escrito con el periodista Bryan Mealer, The boy who harsnessed the wind, es un éxito de ventas en Amazon. Ha sido elogiado por Al Gore y otras personalidades que luchan por las energías limpias.

El libro "The boy who harnessed the wind"
Según el propio Mealer "África no es un continente que necesita de rescate de esperanzar. Si hay un tal William Kamkwamba, entonces hay miles en todo el continente. Tenemos que concentrar nuestra energía en encontrarlos y cultivarlos"


La película

Un documental sobre Kamkwamba, llamado William y el molino de viento, ganó el Premio del  jurado al largometraje en el SXSW en 2013. A continuación os dejo con el trailer.


miércoles, 6 de marzo de 2019

15 años del genial debut de Kanye West

Hay historias que cambian cuando se quiebran. En esta historia, lo que se quebró fue la mandíbula de Kanye West. En octubre de 2002, salió del estudio en la madrugada y chocó el Lexus que manejaba contra otro carro. Estuvo en cuidados intensivos e internado por casi un mes en el hospital. Logró sobrevivir. Hasta entonces era un productor en ascenso, había producido éxitos para titanes como Jay-Z, pero no lograba ser tomado en serio como rapero. Lo habían rechazado varias disqueras, quizás por no encajar con el estilo más callejero del rap de la época.
Semanas después del accidente, con la mandíbula reconstruida y aún llena de alambres, fue al estudio y grabó “Through The Wire”, una reflexión sobre su accidente que también fue su primer gran sencillo, que logró que Roc-A-Fella Records le firmara un contrato. La historia se quebró y la carrera de Kanye despegó de una forma que solo él y su ego habían imaginado.
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Hace quince años, Kanye West, publicó desde Chicago su álbum debut College Dropout (Roc-A-Fella Records), que marcó una nueva posibilidad para el rap en Estados Unidos. Ni rap criminal ni lleno de lujos: la de Kanye era la voz de una clase media frustrada y endeudada por la promesa vacía de la educación superior; una voz que soñaba con romperlo todo e irse. Ese álbum trata de problemas comunes, la frustración con los trabajos mal pagos y las dinámicas familiares, siempre complejas. La perspectiva es ligera y cómica, se burla de los demás y de él mismo. Incluso en comentarios banales.