miércoles, 6 de marzo de 2019

15 años del genial debut de Kanye West

Hay historias que cambian cuando se quiebran. En esta historia, lo que se quebró fue la mandíbula de Kanye West. En octubre de 2002, salió del estudio en la madrugada y chocó el Lexus que manejaba contra otro carro. Estuvo en cuidados intensivos e internado por casi un mes en el hospital. Logró sobrevivir. Hasta entonces era un productor en ascenso, había producido éxitos para titanes como Jay-Z, pero no lograba ser tomado en serio como rapero. Lo habían rechazado varias disqueras, quizás por no encajar con el estilo más callejero del rap de la época.
Semanas después del accidente, con la mandíbula reconstruida y aún llena de alambres, fue al estudio y grabó “Through The Wire”, una reflexión sobre su accidente que también fue su primer gran sencillo, que logró que Roc-A-Fella Records le firmara un contrato. La historia se quebró y la carrera de Kanye despegó de una forma que solo él y su ego habían imaginado.
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Hace quince años, Kanye West, publicó desde Chicago su álbum debut College Dropout (Roc-A-Fella Records), que marcó una nueva posibilidad para el rap en Estados Unidos. Ni rap criminal ni lleno de lujos: la de Kanye era la voz de una clase media frustrada y endeudada por la promesa vacía de la educación superior; una voz que soñaba con romperlo todo e irse. Ese álbum trata de problemas comunes, la frustración con los trabajos mal pagos y las dinámicas familiares, siempre complejas. La perspectiva es ligera y cómica, se burla de los demás y de él mismo. Incluso en comentarios banales.